Las propiedades de la luz: Dureza

Otra de las propiedades de la luz que vengo analizando en esta serie de artículos es la "dureza". Claro que no me refiero a la dureza física (por ejemplo, para saber con qué modelo de flash nos conviene golpear a una persona) sino a qué tan difusos son los bordes de las sombras. Esta propiedad de la luz va a ser de suma importancia a la hora de realizar fotografías, pues las características que presenten las sombras van a cambiar por completo la apariencia de la imagen y lo que esta transmite.

A la hora de realizar retratos, por ejemplo, esta propiedad nos va a ser de enorme interés. En términos generales nos encontramos con que la luz más "blanda" (más difusa, si queremos un término un poco más técnico) suele generar retratos de apariencia más agradable al ojo, mientras que la luz "dura" (o especular) nos va a generar zonas de alto contraste que acabarán perjudicando a nuestro sujeto.

¿Y cómo altera uno la dureza de la luz? Para ponerlo en términos simples, digamos que esta propiedad va a depender del tamaño de la fuente de luz en relación al objeto. Si la fuente es más grande, la luz acabará "envolviendo" a nuestro sujeto, generando transiciones suaves entre la luz y la sombra; es decir, obtendremos luz difusa. En cambio, si la fuente de luz es más pequeña obtendremos el efecto contrario. Aquí es verdaderamente importante hacer una observación: yo dije que lo importante es el tamaño de la luz en relación al objeto. Por lo cual aquí entran en juego tres factores: el tamaño de la luz, el tamaño del objeto y la distancia entre uno y otro. Es así que el Sol nos proporciona sombras muy duras a pesar de ser una esfera de reacciones termonucleares de 1.392.000 kilómetros de diámetro... Claro, debe ser el pequeño detalle de que está a 149.000.000 de kilómetros de distancia. Al mismo tiempo, un flash puede ser una fuente de luz enorme si queremos fotografiar un Hot Wheels y lo colocamos lo suficientemente cerca.

Y desde ya, una súper síntesis para aquellos que no tienen voluntad de leer:

• Si alejo la luz, obtengo sombras más duras
• Si acerco la luz, obtengo sombras más blandas
• Si achico la fuente de luz, obtengo sombras más duras
• Si agrando la fuente de luz, obtengo sombras más blandas

Claro que es imprescindible recordar, además, que cambiar la distancia luz-sujeto tiene otros efectos, como vimos en otro artículo de la serie.

En líneas generales nos encontramos que la luz difusa es más halagadora a la hora de realizar retratos y es mucho más predecible y controlable. En cambio, la luz especular marca más la dirección desde la que proviene, forzándonos a ser muy cuidadosos con lo que hacemos, para no acabar con un caso patológico de mala iluminación. Debido a esto es que se han creado muchísimos accesorios fotográficos que nos permiten ampliar la superficie iluminada, consiguiendo una luz más difusa. Los principales referentes en ese mar de accesorios son los conocidísimos paraguas y las "softbox" o cajas de luz.

Y desde ya, acabaremos esta breve nota con un ejemplo. En la foto de la izquierda tenemos iluminación directa, que proviene desde un flash. A la derecha tenemos la luz reflejada en un paraguas blanco (que tiene una superficie mucho mayor a la de la cabeza del flash). Y en ambas tenemos a una bellísima chica. Recomiendo hacer clic sobre la foto para poder verla en un tamaño mayor.


Hemos, entonces, llegado al final de esta tercera parte de "Propiedades de la luz". Espero que lo expresado aquí les sea útil (¡ojalá!) y que vuelquen sus comentarios y sugerencias en los comentarios. ¡Gracias por su paciencia!

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