Las propiedades de la luz: Intensidad

Siguiendo con esta serie de artículos sobre las propiedades de la luz, hoy es el turno de la intensidad lumínica.

Creo yo que lo más importante que hay que entender, dentro del mundo de la intensidad de la luz (bueno, quizás no sea un tema tan amplio como para llamarlo "mundo", pero se entiende la idea) es que todo, absolutamente todo, es relativo.

A la hora de determinar la intensidad de una luz sobre una superficie tenemos que echar un vistazo a algunas variables fundamentales:

1. La potencia de la fuente de luz en cuestión (desde el Sol hasta una vela)
2. La distancia que hay entre la fuente de luz y el sujeto fotografiado (desde millones de kilómetros a unos pocos centímetros)
3. El ángulo en el que la luz incide sobre la superficie (desde un rayo casi paralelo hasta perpendicular)

A simple vista nos podemos dar cuenta de que la superficie estará más iluminada cuando la luz sea más potente, esté más cerca e impacte de forma perpendicular a la superficie.

Pero dejémonos de cuestiones meramente físicas y pasemos a las fotográficas... ¿Qué cosas nos van a resultar de interés?

Saber si una fuente de luz es "intensa" o no va a depender de una cuestión fundamental: ¿hay otras luces además de esa? Por ejemplo, la luz del flash integrado de una cámara es muy poderosa en una habitación oscura, pero casi despreciable en exteriores, a plena luz del día.

La relación que haya entre las distintas fuentes luminosas en una imagen va a ser un factor importantísimo, ya que va a determinar el contraste de la escena y, en cierta forma las emociones que transmite. Vayamos a un caso básico de dos luces, donde tenemos una principal y la otra de relleno. La imagen no será la misma si la luz de relleno provee 1/2 de la intensidad de la principal o si es 1/16. Veamos algún ejemplo, entonces...

En primer lugar tenemos un autorretrato que hice sin ningún tipo de luz de relleno:

En esta foto sólo tenemos una luz principal que ilumina al sujeto en forma lateral. Como vemos, el contraste es muy alto y el lado izquierdo del sujeto se halla inmerso en la oscuridad.

A continuación tenemos una serie de muestras usando una luz de relleno en el lado opuesto. En la primera imagen tiene la misma potencia que la principal, luego la mitad, luego la cuarta parte y finalmente la octava parte.

En ese ejemplo se puede ver claramente cómo cambia la escena al ir alterando la proporción de intensidad entre una luz y otra... Y eso que aquí sólo tenemos dos luces. ¡Imagínense las posibilidades que se abren al tener muchas más variables!

Otro tema que nos resultará de interés es cómo la distancia afecta la iluminación en distintas partes de un mismo sujeto. ¿A qué me refiero exactamente?

Supongamos que tengo una fuente lumínica a muy corta distancia de un objeto. Por ejemplo, una vela iluminando el rostro de una persona a unos pocos centímetros de distancia de su mejilla. En ese caso veremos que la luminosidad variará enormemente de una parte del rostro a otra, ya que la distancia que hay entre la vela y el ojo es muy distinta a la que hay entre la vela y la mejilla. Quizás una es de 3 centímetros y la otra, de 7. Esa enorme variación (proporcionalmente hablando) nos causará una inmensa variedad de intensidades lumínicas en un área reducida.

Consideremos ahora el caso opuesto. Supongamos que esa misma persona está siendo iluminada por el Sol. Ahí observaremos una iluminación totalmente uniforme. La luminosidad es la misma en la mejilla, en el ojo y en una persona que está a un kilómetro de distancia. Esto se debe a que las distancias entre esas cosas son despreciables respecto a la distancia Tierra-Sol (cerca de 149 millones de kilómetros).

¿A dónde quiero llegar con todo esto? A que si deseamos mucha variación de luz entre distintas partes de la escena deberemos colocar la luz tan cerca como sea posible, y que si queremos una iluminación más pareja, deberemos alejarla. Nuevamente, un ejemplo:

En la primera foto veremos a nuestro bello chanchito retratado con un flash muy cercano a su cabeza a la potencia mínima (1/128). En la segunda lo tenemos nuevamente, pero iluminado con un flash a varios metros de distancia a una potencia mucho más alta (1/2). Como podemos ver, a pesar de que el sujeto tiene la misma luminosidad en ambos casos el fondo varía enormemente.



Claro... Es que no es lo mismo tener, digamos, al sujeto a 10 centímetros y el fondo a 30 que tener el sujeto a 3,50 metros y el fondo a 3,70 metros. ¿Se entiende la idea?

Y con esto hemos llegado a este segundo artículo de la serie "propiedades de la luz".

Próximamente: luz dura contra luz suave (o "blanda") en los mejores cines.

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